Es uno de los deportes más completos y sanos que existen. Y si lo es para los adultos, también lo es (y mucho) para los más pequeños de la casa. Son muchos los beneficios de la natación para nuestros peques.
1. Mejora del desarrollo psicomotor
El agua proporciona al niño una libertad y continuidad de movimientos mayor. Gracias a la natación, los niños aprenden conceptos básicos de desplazamiento y de distancia a una temprana edad. Algo que, sin duda, acabará por suponer una mayor coordinación motriz.
2. El coecifiente intelectual se ve aumentado
Está demostrado que los bebés que han practicado natación en los 5 primeros años de vida desarrollan una mayor percepción del mundo que los rodea, lo que les ayudará a ser más creativos y observadores. El agua estimula la capacidad de juego del niño, hecho que repercutirá muy positivamente en futuros aprendizajes.
3. Un sistema cardiorrespiratorio mejor y más fuerte
Las clases de natación son beneficiosas para que el niño crezca con el corazón y los pulmones más fuertes. Gracias a los ejercicios respiratorios que hace el niño en el agua, su oxigenación y traslado de la sangre es mucho más eficiente. Algo que, sin duda, provoca que el aparato cardiorrespiratorio crezca y que tanto la respiración como la oxigenación de su organismo se vea facilitada.
4. Beneficioso para el esquema corporal y el tono muscular
Otro de esos múltiples beneficios de la natación para los más pequeños es que su estática, movimiento y equilibrio se ven beneficiados.
5. Favorece la socialización
En un ambiente lúdico y recreativo, se desarrollan como personas y con el entorno de una forma natural. La convivencia en la piscina con otros niños será muy útil a la hora de relacionarse mejor, además de que aprenderá a compartir y realizar actividades junto a otras personas. El niño tendrá más confianza al comunicarse y desarrollarse en grupo, ya que estará en constante contacto con instructores y niños.
6. Ayuda a los niños a sentirse más seguro
Los niños adquirirán una mayor seguridad e independencia a medida que vaya dominando la relación de su cuerpo con el agua. Al final, este elemento va a ser habitual en su vida con lo que a medida que se suelte en la piscina estará más seguro.
La independencia que adquiere, eso sí, es ‘responsable’, ya que le resultará muy útil a conocer de manera cabal sus limitaciones y sus posibilidades.
7. Ayuda a la movilidad de la caja torácica
La presión del agua sobre la caja torácica ayuda a la potenciación de la musculatura respiratoria. También, la humedad existente en la piscina favorece la eliminación de mucosidades.
8. Ayuda al niño a relajarse
El agua tiene propiedades tanto relajantes como antiestresantes, lo que llevará al niño a liberar el estrés y la tensión nerviosa que acumule.